1.- La consagración de nuestra carrera profesional.
“El E.S escoge y acepta tu papel por ti, toda vez que ve tus puntos fuertes exactamente como son, y es igualmente consciente de dónde se puede hacer mejor uso de ellos, con qué propósito, a quien pueden ayudar y cuando.”
El éxito significa que usamos nuestros talentos y capacidades de forma útil para los demás. Nos sentimos compensados por el hecho de trabajar con alegría y energía y el magnífico sentimiento de que hoy hicimos nuestra pequeña contribución para salvar el mundo.
La expiación significa poner por delante el amor, en todo, tanto en el trabajo como en todo lo demás. Trabajas para difundir amor. La clave del éxito en tu vida profesional es darte cuenta de que no es algo aparte del resto de tu vida, sino más bien una extensión de tu yo más básico. Y tu yo más básico es el amor.
Saber quien eres y por qué has venido aquí -que eres un hijo de Dios y has venido aquí para sanar y que te sanen- es más importante que saber qué quieres hacer.
Lo importante es que te preguntes: “Cuando hago cualquier cosa, ¿cómo debo hacerla?”. Y la respuesta es: “Con bondad”. Los obradores de milagros no trabajan solamente para hacer dinero, sino también para inyectar amor en el mundo.
A cada uno de nosotros le toca desempeñar un papel determinado en el “ plan de Dios para la salvación”. Es tarea del E.S revelarnos nuestra función y ayudarnos a llevarla a cabo.
Una vez más pedimos que nos sea revelado dónde quiere Él que vayamos y qué quiere que hagamos. Le entregamos nuestra carrera profesional.
Las relaciones, la profesión, el cuerpo, todos los ámbitos de nuestra vida renacen en el espíritu cuando los consagramos a los fines de Dios, pidiendo que sean usados como instrumentos para sanar el mundo.
Le pedimos conscientemente: “Dios amado, te ruego que des a mi vida un sentimiento de finalidad. Úsame como instrumento de tu paz. Usa mis talentos y capacidades para difundir el amor. Te consagro mi trabajo. Ayúdame a recordar que mi verdadera misión es devolver la salud al mundo mediante el amor. Muchas gracias. Amén.”
Marianne Williamson. Volver al amor
diumenge, 30 de març del 2008
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