"Nada de lo aquí escrito me pertenece.
Si hubiese alguna pertenencia,
sería el lazo de Amor con el cual se han atado
tantas bellas flores de conocimiento
que son ofrecidas a la humanidad
como un ramillete de Servicio"
Montaigne.

la flor de loto

La flor del loto es uno de los más antiguos y profundos símbolos de nuestro planeta. La flor del loto crece en el fango y se alza sobre la superficie para florecer con remarcable belleza. Por la noche la flor se cierra y se hunde bajo el agua, al amanecer se alza y vuelve a abrirse. El loto simboliza la pureza del corazón y de la mente. Representa longevidad, salud, honor y buena fortuna.

lo bueno, lo malo, lo igual o lo diferente....son tan solo proyecciones humanas...

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divendres, 4 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. LOS OBJETIVOS

7.- Los objetivos
“Dios es mi único objetivo hoy.”

Marcarse objetivos es algo muy popular en estos tiempos. Concentrar la mente en los resultados que deseamos no es más que otra manera de tratar de conseguir que el mundo haga lo que nosotros queremos que haga. No es una entrega espiritual.

Cuando nos concentramos mentalmente en los resultados que deseamos, y entregamos a Dios nuestra lista de aspiraciones, diciéndole qué queremos que haga por nosotros, eso es magia. Los milagros ocurren cuando preguntamos a Dios qué podemos hacer por Él.

Los milagros nos llevan de la mentalidad del “conseguir” a la del “dar”. El deseo de conseguir algo refleja una creencia central: todavía no tenemos bastante. Mientras sigamos creyendo que hay escasez dentro de nosotros, seguiremos creando escasez a nuestro alrededor, porque esa es nuestra idea básica. No importa lo que consigamos. Nunca será suficiente.

Cuando nuestro deseo es dar en lugar de conseguir, nuestra creencia central es que tenemos tanta abundancia que podemos permitirnos derrochar. La mente subconsciente se guía por nuestras creencias centrales y fabrica situaciones que las reflejan. Nuestra disposición a dar, indica al universo que nos dé.

En todas las circunstancias, el objetivo es la paz de la mente. UCDM nos dice que “no sabemos lo que nos haría felices, aunque pensemos que sí”. Tener conciencia de la mentalidad milagrosa es hacer de la felicidad misma nuestro objetivo y renunciar a la idea de que conocemos la manera de ser felices. Si consiguiéramos lo que deseamos ahora, tal vez más adelante nos encontraríamos en peores circunstancias precisamente por culpa de eso.

Si nuestro único objetivo es la paz, conseguiremos orientar la mente para que se concentre en todos los factores que pueden incidir en nuestra paz, y dejar todo lo demás fuera de nuestra consideración consciente.

Marcarnos como objetivo cualquier cosa que no sea la paz interior es emocionalmente autodestructivo.

UCDM dice que es importante establecer un objetivo al comienzo de una situación, para que ésta no evolucione de forma caótica. Si nuestro objetivo es la paz interior pase lo que pase estaremos programados para la estabilidad emocional. La mente estará orientada a ver la situación desde un punto de vista más sosegado. Si no conseguimos el trabajo que queríamos, eso no será tan importante. Comprenderemos que pronto nos sucederá algo mejor, que ése no era en realidad el trabajo perfecto para nosotros. Tendremos fe en Dios. El milagro es que realmente “sintamos” nuestra fe. Las emociones surgen de los pensamientos y no al revés.

Otro problema con el establecimiento de objetivos específicos es que pueden ser limitativos. Quizás estemos pidiendo algo bueno, cuando la voluntad de Dios era que recibiéramos algo grande. Una vez que comprendemos que la voluntad de Dios es que seamos felices, ya no sentimos la necesidad de pedirle nada más que “ hágase Tu voluntad.”
A menudo tenemos miedo de dejar las cosas en Sus manos, no sabemos qué hará con ellas. Nos falta confianza. Si hemos de marcarnos un objetivo que sea el de vernos sanados de la creencia de que Dios es miedo y no amor.
Marianne Williamson