IV.- LA ENTREGA
“Pues descansamos despreocupados en las manos de Dios...”
1.- La fe
“no hay ningún problema que la fe no pueda resolver.”
El cuerpo físico siempre está funcionando...y nosotros no tenemos que hacer nada para que lo haga...simplemente funciona...
Podemos dejar que dirija nuestra vida la misma fuerza que hace crecer las flores... o podemos dirigirla por nuestra cuenta.
Tener fe es confiar en la fuerza que mueve el Universo. La fe es el conocimiento psicológico de que el bien despliega una fuerza que opera constantemente en todas las dimensiones. Nuestros intentos de dirigirla no hacen más que interferir en ella.
Hay leyes objetivas y discernibles de los fenómenos físicos. La ley de gravedad por ejemplo. No se trata de tener fe en ella... simplemente reconocer que existe.
También hay leyes objetivas y discernibles de los fenómenos que no son físicos.
Externamente, el Universo apoya nuestra supervivencia física. Es importante respetar las leyes que rigen el universo físico, al violarlas amenazamos nuestra supervivencia.
Internamente, el universo apoya también- emocional y psicológicamente- nuestra supervivencia. El equivalente interno del oxígeno, es el Amor. Las relaciones humanas existen para producir Amor. Cuando contaminamos nuestras relaciones con pensamientos faltos de amor, o las destruimos o abortamos con actitudes poco amorosas, estamos amenazando nuestra supervivencia emocional.
Las leyes del universo no dependen de nuestra fe. Tener fe en ellas sólo significa que entendemos lo que son. La violación de estas leyes no indica falta de bondad, sino falta de sabiduría. Respetamos las leyes de la naturaleza para sobrevivir. ¿ Y cuál es la suprema ley interna? Que nos amemos los unos a los otros. La falta de amor nos puede matar con tanta seguridad como la falta de oxígeno.
Marianne Williamson. Volver al amor