5.- El cuerpo en las relaciones personales
“El cuerpo no te separa de tu hermano y si piensas que es así estás loco.”
Nuestra verdadera identidad no reside en nuestro cuerpo sino en nuestro espíritu. El cuerpo es una muralla ilusoria que parece separarnos, el principal artilugio del ego en su intento de convencernos de que estamos separados los unos de los otros y todos de Dios.
“Las mentes están unidas, pero los cuerpos no”, dice el curso. El cuerpo por sí mismo no es nada. “ Si escoges ver el cuerpo, contemplas un mundo de separación.”
“Siempre que te equiparas con el cuerpo experimentas depresión”, dice UCDM. Identificar a otra persona con un cuerpo producirá la misma angustia. Los contactos sexuales sin amor son una de las formas en que podemos usar el cuerpo para fabricarnos depresiones. El E.S usa la sexualidad para sanarnos; el ego la usa para herirnos. Sólo cuando la sexualidad es un vehículo de comunicación espiritual es auténtico amor y nos une a otra persona. Entonces se convierte en un acto sagrado.
Santidad significa la presencia de un propósito de amor, y en este sentido, el cuerpo y sus adornos pueden ser una expresión sagrada.
Ese es el único propósito del maquillaje, de la ropa y de cualquier otra cosa en el mundo de la forma. No sirven para seducir a otra persona, sino para añadir luz al mundo en forma de belleza y placer. El significado de las cosas depende de la medida en que las usemos para aportar felicidad al mundo... si lo percibimos como amor pueden elevar las vibraciones e incrementar la energía en el mundo que nos rodea.
Como no somos cuerpos no podemos existir en el aislamiento, y vivir como si pudiéramos no nos conduce más que al sufrimiento.
Marianne Williamson