3.- La renuncia a los resultados
“ Nunca perderás el rumbo, pues Dios es quien te guía”
Cuando abandonamos el intento de controlar los acontecimientos, éstos se suceden por sí solos en un orden natural que funciona.
Aprendemos a confiar en que el poder que mantiene unidas las galaxias puede manejar las circunstancias de nuestra vida.
La entrega, significa por definición, renunciar a los resultados.
La experiencia del amor es una opción que hacemos, una decisión de la mente: ver el amor como el único objetivo y el único valor real en cualquier situación.
La búsqueda externa de cualquier cosa- menos el amor- que nos complete y nos lleve a la fuente de nuestra felicidad es idolatría.
Nuestra única tarea en cada situación consiste simplemente en aflojar nuestra resistencia al amor.
Allí donde nos apegamos a los resultados, nos resulta difícil renunciar al control. Digamos:
“Dios amado, mi deseo, mi primera prioridad es la paz interior. Quiero la vivencia del amor. No sé lo que eso me aportará, y dejo en Tus manos el resultado de esta situación. Confío en lo que Tú quieras. Hágase Tú voluntad . Amén”
Dios es simplemente el amor que hay dentro de nosotros, de manera que retornar a Él es retornar a nosotros mismos.
Marianne Williamson. volver al amor
dimarts, 4 de març del 2008
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