"Nada de lo aquí escrito me pertenece.
Si hubiese alguna pertenencia,
sería el lazo de Amor con el cual se han atado
tantas bellas flores de conocimiento
que son ofrecidas a la humanidad
como un ramillete de Servicio"
Montaigne.

la flor de loto

La flor del loto es uno de los más antiguos y profundos símbolos de nuestro planeta. La flor del loto crece en el fango y se alza sobre la superficie para florecer con remarcable belleza. Por la noche la flor se cierra y se hunde bajo el agua, al amanecer se alza y vuelve a abrirse. El loto simboliza la pureza del corazón y de la mente. Representa longevidad, salud, honor y buena fortuna.

lo bueno, lo malo, lo igual o lo diferente....son tan solo proyecciones humanas...

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dijous, 28 de febrer del 2008

VOLVER AL AMOR: TU. LA MENTE DIVINA

2.- La mente divina

“Dios mismo iluminó tu mente y la mantiene iluminada con Su Luz, porque su luz es lo que tu mente es.”

Carl Jung postuló el concepto de “inconsciente colectivo”. Su idea era que si profundizas lo suficiente en la mente humana , llegas a un nivel que todos compartimos.


UCDM va un paso más allá si profundizas lo suficiente en tu propia mente, y profundizas lo suficiente en la mía, ambos tenemos la misma mente. El concepto de una mente divina o “crística” es la idea de que en nuestro centro mismo no somos solamente idénticos, sino que somos realmente el mismo ser.


Somos como los radios de una rueda, que irradian todos hacia fuera desde el mismo centro. Si se nos define según nuestra posición en el borde, parece que estuviéramos separados y fuéramos distintos los unos de los otros. Pero si se nos define según nuestro punto inicial, nuestra fuente- el centro de la rueda- somos una identidad compartida. Si profundizas lo suficiente en tu mente y en la mía, la imagen es la misma: en el fondo de todo, lo que somos es amor.

La palabra Cristo es un término psicológico. Se refiere al hilo conductor común del amor divino que es el núcleo de la esencia de cada mente humana.

El amor en uno de nosotros es el amor en todos nosotros. “no hay ningún lugar donde Dios se acabe y tú comiences”, y ningún lugar donde tú termines y empieca yo. Tu mente se extiende hasta el interior de la mía y las de todos los demás. No se queda encerrada dentro de tu cuerpo.

No podemos separarnos los unos de los otros. Todos formamos parte de un vasto mar de amor, de una mente divina indivisible. Esta verdad es inmutable; nosotros simplemente, la olvidamos. Nos identificamos con la idea de un pequeño yo aparte, y no con la idea de una realidad que compartimos todos.

Somos seres sagrados, células individuales del cuerpo de Cristo. “ Aceptar al Cristo” no es más que un cambio en la percepción de uno mismo.


“Acepto al Cristo interior” quiere decir:” Acepto la belleza que hay en mi interior como el ser que realmente soy. No soy mi debilidad. No soy mi cólera. No soy mi pequeñez mental. Soy mucho más, y estoy dispuest@ a que me recuerden quien soy en realidad.

Marianne Williamson. Volver al amor