"Nada de lo aquí escrito me pertenece.
Si hubiese alguna pertenencia,
sería el lazo de Amor con el cual se han atado
tantas bellas flores de conocimiento
que son ofrecidas a la humanidad
como un ramillete de Servicio"
Montaigne.

la flor de loto

La flor del loto es uno de los más antiguos y profundos símbolos de nuestro planeta. La flor del loto crece en el fango y se alza sobre la superficie para florecer con remarcable belleza. Por la noche la flor se cierra y se hunde bajo el agua, al amanecer se alza y vuelve a abrirse. El loto simboliza la pureza del corazón y de la mente. Representa longevidad, salud, honor y buena fortuna.

lo bueno, lo malo, lo igual o lo diferente....son tan solo proyecciones humanas...

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dijous, 10 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. SALVAR LA MENTE, SALVAR EL CUERPO

4.- Salvar la mente, salvar el cuerpo
“Lo único que cura es la salvación.”

La experiencia de la enfermedad es una llamada hacia una vida auténticamente religiosa.

Uno de los problemas de la enfermedad es que nos tienta fuertemente a obsesionarnos con el cuerpo en el momento mismo en que más necesitamos concentrarnos en el espíritu. Para invertir esta tendencia se necesita disciplina espiritual. La práctica espiritual es un ejercicio mental y emocional. Entrenar la mente para que piense desde una perspectiva de amor y fe es el mejor regalo que podemos hacer a nuestro sistema inmunitario, y uno de los mayores desafíos mentales que nos podemos plantear.

Cambiar la vida puede resultar difícil. Para una persona a quien han diagnosticado una enfermedad, cambiar es un imperativo.

Una idea espiritual e integral de la sanación incluye el tratamiento no sólo del cuerpo, sino también de la mente y el espíritu.

El amor cambia nuestra manera de pensar en la enfermedad. La enfermedad proviene de la separación, y la sanación proviene de la unión. Lo que menos necesita hacer un enfermo es odiar algo relacionado consigo mismo. La sanación es el resultado de una percepción transformada de nuestra relación con la enfermedad en la cual respondemos al problema con amor y no con miedo.

El cáncer, el sida y otras dolencias graves son manifestaciones físicas de un clamor psíquico, cuyo mensaje no es “odiadme”, sino “amadme”.

Las enfermedades graves no se “curan” atacándolas. La sanación proviene de entablar una conversación con nuestra enfermedad, intentando entender qué trata de decirnos.

La enfermedad es amor convertido en miedo; nuestra propia energía vuelta sobre nosotros mismos. La energía es indestructible. Nuestra misión no es matar la enfermedad, sino encauzar su energía en la dirección de donde vino: volver a convertir el miedo en amor.

La visualización se ha convertido en una técnica popular para el tratamiento de enfermedades graves. La gente suele visualizar un comecocos o un soldado con una metralleta que se dedica a destruir las células malignas o el virus. Pero podemos encararlo desde el lado del amor.

He aquí algunas visualizaciones comprensivas : Visualiza las células cancerosas o el virus del sida en todo su horror, y después observa cómo una luz dorada, o un ángel, o Jesús los envuelve y transforma en luz pura.
También podemos escribir una carta al sida, al cáncer o a cualquier enfermedad que se tenga y le decimos todo lo que sentimos. La carta puede empezar así:

Querido cáncer:

Esto es lo que sinceramente siento:
.....
.....
firmado,
Ed


Y después escribimos la respuesta del cáncer a Ed:

Querido Ed:

Esto es lo que sinceramente siento.
.....
....
firmado,
Cáncer


Ver la enfermedad como nuestro propio amor que necesita ser reivindicado es una visión de la sanación más positiva que verla como algo abominable de lo que debemos liberarnos. La energía no se puede destruir pero sí se la puede transformar milagrosamente. Este milagro emerge de nuestros propios pensamientos, de nuestra decisión de desligarnos de la creencia en el miedo y en el peligro. Y de abrazar en cambio una visión del mundo que se basa en la esperanza y el amor. “La expiación es tan dulce, que basta que la llamen con un leve susurro para que todo su poder acuda con el fin de ayudarte y apoyarte.”

Marianne Williamson