"Nada de lo aquí escrito me pertenece.
Si hubiese alguna pertenencia,
sería el lazo de Amor con el cual se han atado
tantas bellas flores de conocimiento
que son ofrecidas a la humanidad
como un ramillete de Servicio"
Montaigne.

la flor de loto

La flor del loto es uno de los más antiguos y profundos símbolos de nuestro planeta. La flor del loto crece en el fango y se alza sobre la superficie para florecer con remarcable belleza. Por la noche la flor se cierra y se hunde bajo el agua, al amanecer se alza y vuelve a abrirse. El loto simboliza la pureza del corazón y de la mente. Representa longevidad, salud, honor y buena fortuna.

lo bueno, lo malo, lo igual o lo diferente....son tan solo proyecciones humanas...

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dimecres, 23 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. LA PASCUA DE RESURECCIÓN

8.- La Pascua de Resurrección
“El irresistible poder de la resurrección reside en el hecho de que representa lo que quieres ser”

La Navidad y la Pascua son soportes de nuestra actitud para que alcancemos una visión iluminada del mundo.

Con una visión iluminada de la Navidad, comprendemos que tenemos el poder, por mediación de Dios, de dar nacimiento a un Yo divino. Con una visión iluminada de la Pascua, comprendemos que este Yo es el poder del universo, ante el cual la muerte misma no tiene poder.

“La resurrección es el símbolo del júbilo” . Es el gran “aja”, el signo de la comprensión total del hecho de que no estamos a merced de la falta de amor, ni en nosotros mismos ni en los demás. Aceptar la resurrección es comprender que ya no necesitamos esperar más para vernos como seres sanados y enteros.

El mensaje de la resurrección es que la crucifixión jamás sucedió a no ser en nuestra cabeza. Tener conciencia de Cristo es comprender que el Cielo está aquí ahora. Nuestra tristeza no se basa en hechos, sino en una ficción. Es nuestra interpretación de los acontecimientos, y no éstos, lo que nos encadena. El Cielo es la transformación de estos acontecimientos en nuestra mente. “La resurrección es nuestro despertar del sueño, nuestro regreso a la sensatez, y por lo tanto nuestra liberación del infierno.”

Nos clavamos los clavos en manos y pies, aferrándonos a la interpretación terrena de las cosas cuando la opción de verlas de otra manera nos habría liberado y hecho felices. Rezamos pidiendo tener la capacidad de recordar constantemente que lo único real es el amor.

Al final del Libro de ejercicios de UCDM se nos dice “ Este curso es un comienzo, no un final”. Un sendero espiritual no es el hogar; es un camino hacia el hogar. Nuestra casa está dentro de nosotros, y continuamente estamos escogiendo entre descansar en ella o luchar contra la experiencia. “Lo que verdaderamente nos aterra -dice el curso- es la redención.”

Pero dentro de nosotros hay Uno que conoce la verdad, a quien Dios ha confiado el trabajo de ser más listo que nuestro ego, más hábil que nuestro odio hacia nosotros mismos. Cristo no ataca el ego; lo trasciende. Y Él está dentro de nosotros en todo momento, en todas las circunstancias. “El Cristo responde plenamente a nuestra menor invitación.”

Con nuestras oraciones Lo invitamos a entrar, a Él que ya está dentro. Cuando oramos, hablamos con Dios. Y Él nos responde con los milagros.


Dios amado, te doy este día, el fruto de mi esfuerzo y los deseos de mi corazón.
En tus manos pongo todas las preguntas, en Tus hombros deposito todas las cargas. Ruego por mis hermanos y por mí. Que podamos volver al amor.
Que nuestra mente pueda sanar. Que todos seamos bendecidos.
Que podamos encontrar el camino a casa,
ir del dolor a la paz, del miedo al amor,
del infierno al Cielo.
Venga a nosotros Tu reino, hágase Tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria.
Por los siglos de los siglos.
Amén

dimarts, 22 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. LA NAVIDAD


7.- La Navidad


“El símbolo de la Navidad es una estrella: Una luz en la oscuridad.”


La Navidad es un símbolo de cambio. Significa el nacimiento de un ser nuevo, cuya madre es nuestra condición humana y cuyo padre es Dios. El niño nacido de esta concepción mística es el Cristo en todos nosotros.

Los ángeles son los pensamientos de Dios, sólo podemos oírlos en una atmósfera mental de pureza.

Muchos de nosotros ya hemos oído que los ángeles nos llaman. En ese momento se nos da la oportunidad, el reto de aceptar al espíritu de Dios, de acoger Su simiente en nuestro cuerpo místico. Si consentimos, permitiremos que nuestro corazón sea la matriz para el Cristo niño, un puerto donde pueda crecer en plenitud y prepararse para su nacimiento en la tierra. Dios nos ha elegido para que Su hijo nazca por intermedio de cada uno de nosotros.

“No hay sitio” dijo el posadero a José. La “posada” es nuestro intelecto, donde hay poco o ningún lugar para las cosas del espíritu. Pero Dios sólo necesita un poco de buena disposición por nuestra parte para que el Cristo nazca sobre la tierra.

Los pastores en el campo ven antes que nadie la “estrella de la Navidad”. Son los que atienden al rebaño, los que cuidan, protegen y sanan a los hijos de la tierra. Es lógico que sean los primeros en ver el signo de la esperanza, porque son ellos quienes la ofrecen. Han convertido su vida en un terreno fértil para los milagros. Ven la estrella y la siguen.

“Largo tiempo languideció el mundo en el error y el pecado, hasta que Él llegó y el alma sintió su valor.”

Con el nacimiento de Cristo, no una vez al año sino en todo momento, nos permitimos ser más de lo que éramos hasta ese momento. Expandimos nuestra conciencia de nosotros mismos y de nuestra deidad. “El hijo del hombre reconoce quien es, y al reconocerlo se convierte en el Hijo de Dios.”
Y así el mundo queda redimido, recuperado, sanado e integrado. El sueño de la muerte ha terminado cuando recibimos la visión de la verdadera vida. Jesús en nuestro corazón no es más que la verdad grabada en él. Él es en esencia la verdad de lo que somos. Nuestras vidas unidas forman el cuerpo místico de Cristo. Reclamar nuestro lugar en este cuerpo es regresar al hogar.


Marianne Williamson

dilluns, 21 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. LAS PUERTAS DEL CIELO


6.- Las puertas del Cielo
“No pienses que el camino que te conduce a las puertas del cielo es difícil.”

Somos una generación de hijos pródigos. Nos fuimos de casa y ahora se respira emoción en el aire porque hemos vuelto. Lo hicimos todo para destruir el amor que sentíamos por nosotros y por los demás, antes de que empezara a atraernos una vida sana. Eso no constituye nuestra vergüenza sino nuestra fuerza.

Hemos visto el lado oscuro, estamos listos para seguir adelante. La luz nos atrae.

No somos malos, estamos heridos. Y nuestras heridas constituyen nuestra oportunidad para sanar.

Hoy se respira en el aire un retorno a lo sagrado, pese al dolor, pese a los conflictos.... muchas personas han asumido su mandato, consciente o inconscientemente, y han provocado un sentimiento de una excitación contenida, de una esperanza del Cielo. En todos los ámbitos hay por lo menos vagas señales de que cada vez más personas asumirán responsabilidades mayores.

Tiene que haber un perdón masivo y colectivo de todo lo que ha sucedido para que nuestra cultura tenga la oportunidad de sanar y de volver a empezar.

En relación a nuestro pasado, lo importante no es lo que sucedió, sino lo que hayamos hecho con ello. Cualquier cosa puede contribuir a que ahora, si así lo decidimos, podamos ser personas más compasivas.

Lo importante nunca es lo que hicimos ayer, sino lo que hemos aprendido de ello y lo que estamos haciendo hoy.

Una nación, igual que una persona, admite sus propios errores, los expía y pide a Dios y a los hombres una oportunidad para volver a empezar. Esto no nos haría más débiles , sino humildes y honestos, dos rasgos sin los cuales no hay grandeza. Mientras no se produzca esta Expiación, poco margen habrá para una sanación milagrosa de los conflictos.
Hay mucho que hacer mientras permitimos que la motivación de transformar al mundo proporcione energía a nuestra alma y se manifieste en nuestras convicciones. Debemos tener fe en Dios y en nosotros mismos. Él nos hará saber lo que quiere que hagamos, y nos enseñará cómo hacerlo. En todas las comunidades hay trabajo por hacer. En todas las naciones hay heridas por sanar. En todos los corazones existe el poder de hacerlo.


Marianne Williamson

divendres, 18 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR.EL CIELO. EL FIN DEL MUNDO

5.- El fin del mundo
“El mundo no acabará destruido sino que se convertirá en el Cielo.”

Escaparemos de los horrores del mundo en vehículos que se adentren en el espacio interior. Estos vehículos serán nuestras mentes guiadas por el E.S.

¿Qué aspecto tiene el Cielo? La mayoría de nosotros no hemos tenido más que ligeros atisbos, pero han sido suficientes para que mantengamos la esperanza de regresar. UCDM afirma que hay una melodía ancestral que todos recordamos y que siempre nos llama, incitándonos en todo momento a regresar. El cielo es nuestro hogar. Es nuestro estado natural.

Hay un sentimiento de paz interior que proviene de un abandono total del deseo de juzgar. No sentimos necesidad de cambiar a los demás ni de ser diferentes de cómo somos. Podemos ver, por la razón que fuere toda la belleza de otra persona, sentimos que los demás pueden ver igualmente la belleza en nosotros.

El mundo considera la relación especial, sea romántica o de otra clase, como el único contexto válido para tal experiencia. Esta es nuestra neurosis primaria, nuestro engaño más doloroso. Seguimos buscando el amor en el cuerpo, pero no está ahí. “Nos embarcamos en una búsqueda interminable de lo que no podemos encontrar: otra persona, una circunstancia... que tenga las llaves del Cielo. Pero el Cielo está dentro de nosotros. No tiene nada que ver con las ideas de los demás y tiene todo que ver con lo que escogemos pensar nosotros mismos, no sólamente sobre una persona determinada, sino sobre todo el mundo. Así, perdonar a la humanidad entera, a cualquiera en cualquier circunstancia, es nuestro billete al Cielo, nuestro único camino de vuelta a casa.

Nuestro objetivo es Dios. Ningún otro nos dará alegría y tenemos derecho a la alegría. Aunque somos relativamente conscientes del poder de transformación del dolor, sabemos muy poco del poder de transformación de la alegría, porque sabemos muy poco de ella misma.

Hablar de alegría no es ser simplista. Sólo afirmamos que es nuestro objetivo. Como ya hemos visto, no hay manera de llegar al Cielo sin reconocer el infierno, no en su realidad última, sino en la que tiene para nosotros mientras permanezcamos en este mundo ilusorio, una ilusión ciertamente muy poderosa. UCDM no nos propone la negación de las emociones y la supresión de la oscuridad como camino hacia la luz. Es un proceso psicoterapéutico mediante el cual la oscuridad es traída a la luz. “Nadie puede escapar de las ilusiones a menos que las examine, pues no examinarlas es la manera de protegerlas.”

UCDM pregunta: “¿Qué es sanar sino retirar todo lo que obstaculiza el camino al conocimiento? ¿ Y de qué otra manera se pueden disipar las ilusiones sino es mirándolas directamente, sin protegerlas? El trabajo hacia la iluminación implica a menudo una desagradable y dolorosa movilización de lo que hay en nuestro interior, que se hace visible tanto para nosotros como para los demás, con el fin que podamos conscientemente liberarnos de nuestra oscuridad personal. Pero sin un compromiso con la luz, sin un intento consciente de ir al Cielo, seguimos enamorados de la oscuridad, demasiado tentados por sus complejidades.

La tentación de “analizar la oscuridad como vía hacia la luz” queda ilustrada en algunos modelos tradicionales de psicoterapia. Cuando es el ego quien la usa, la psicoterapia es una herramienta para la investigación interminable del ego: Culpabilización y concentración en el pasado. Cuando la usa el E.S es una búsqueda de la luz. Es una interacción sagrada en la que dos personas juntas, consciente o inconscientemente, invitan al E.S a entrar en su relación y a convertir las percepciones dolorosas en conocimiento amoroso. La única razón de que todos estemos tan necesitados de terapia es que hemos perdido la conexión esencial con el significado de la amistad. Cualquier verdadera relación, así como la verdadera religión, es una forma de psicoterapia. Lo único que piden los “psicoterapeutas del E.S”, profesionales o no, es aceptar la Expiación para sí mismos con el fin de que sus propias percepciones sanadas puedan ayudar a iluminar a los demás.

En el exterior de las puertas del Cielo hay mucha acción, dentro de una ilusión, una ilusión que debe ser transformada desde adentro. El único significado de cualquier acontecimiento en el mundo de la forma es que simula dentro de nosotros un impulso para dar la espalda al Cielo o alcanzar sus puertas. Mientras estamos ante las puertas sin saber hacia dónde ir, impulsados por el amor y sin embargo adiestrados para el miedo, necesitamos darnos cuenta de la sagrada responsabilidad que se nos ha puesto en las manos. Tomamos decisiones por todos y para muchos años.
Las decisiones que tomamos hoy, individual y colectivamente, determinan si el planeta se irá al infierno o al Cielo. Somos la generación de la transición. Las opciones críticas están en nuestras manos. Las generaciones futuras sabrán quiénes fuimos. Pensarán con frecuencia en nosotros. Nos maldecirán o nos bendecirán.

Marianne Williamson

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. VER LA LUZ

4.- Ver la luz
“Hijo de la luz, no sabes que la luz está en ti.”

Sólo nuestra luz interior es real. No tenemos tanto miedo de nuestra oscuridad como de la luz que llevamos dentro. La oscuridad nos resulta familiar, es lo que conocemos. La luz, es decir, pensar en que efectivamente podríamos valer lo suficiente, es tan amenazador para el ego que le hace sacar sus cañones más poderosos para defenderse de ella.

Nuestra defensa contra la luz es siempre alguna forma de culpa que proyectamos en nosotros mismos o en los demás. Dios puede amarnos infinitamente, el universo puede apoyarnos interminablemente, pero mientras no coincidamos con la bondadosa apreciación que Dios tiene de nosotros y con el misericordioso comportamiento del universo, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para mantener a raya los milagros a que tenemos derecho.

El ego es la interminable necesidad que tiene nuestra mente de atacarse a sí misma. ¿Cómo podemos escapar de ello? Aceptando la voluntad de Dios como propia. Y Su voluntad es que seamos felices, que nos perdonemos, que encontremos nuestro lugar en el Cielo ahora.

No es nuestra arrogancia sino nuestra humildad lo que nos enseña que siendo tal como somos ya valemos lo suficiente, y que lo que tenemos que decir es válido. Es nuestro odio hacia nosotros mismos lo que hace que nos parezca difícil apoyar y amar a otras personas, porque apoyar a los demás equivale a apoyarnos también a nosotros.

Cuando sabemos que el amor es un recurso infinito, que hay suficiente abundancia de todo para todos y que sólo podemos conservar lo que damos, entonces dejamos de criticar a los demás y empezamos a bendecirlos.
Debemos aprender a tener pensamientos divinos. Los ángeles son los pensamientos de Dios. Los ángeles iluminan el camino, no envidian a nadie, no destruyen, no compiten, no cierran su corazón, no tienen miedo.



Marianne Williamson

dijous, 17 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. LA PRÁCTICA ESPIRITUAL


3.- La práctica espiritual.
“Una mente sin entrenar no puede lograr nada.”

El amor es algo más bello que el arco iris; requiere disciplina y práctica. No es solamente un sentimiento dulce. Es un compromiso radical con una manera de ser diferente, una respuesta mental a la vida que está en total desacuerdo con lo que piensa el mundo. El Cielo es optar conscientemente por desafiar la voz del ego. Cuánto más tiempo pasamos con el E.S, mayor es nuestra capacidad de concentrarnos en el amor. UCDM dice que los cinco minutos que pasamos con Él por la mañana, nos garantizan que Él estará a cargo de nuestros pensamientos en cualquiera de sus formas durante todo el día. Asumimos la responsabilidad de hacer un contacto consciente con Él.

Cuando meditamos, el cerebro emite otra clase de ondas. UCDM dice que lo fundamental son los ejercicios porque nos entrenan mentalmente, cambiando nuestros hábitos mentales. La meditación es un tiempo pasado con Dios en silencio y quietud, a la escucha. Durante el cual el E.S puede entrar en nuestra mente y realizar Su alquimia divina.

El libro de ejercicios de UCDM, proporciona un plan específico para abandonar una manera de pensar basada en el miedo y aceptar en su lugar otra basada en el amor. Nuestra actitud no influye en absoluto en su eficacia. Los efectos de la meditación al igual que los de los ejercicios son acumulativos.
La práctica espiritual constituye la base del desarrollo del poder personal. Cuando nos encontramos en el nivel supremo de nuestro ser, no es necesario que hagamos nada. Estamos en paz mientras el poder de Dios actúa a través de nosotros.

Marianne Williamson

dimecres, 16 d’abril del 2008

VOLVER A EMPEZAR. EL CIELO. NUESTRA CAPACIDAD DE BRILLAR

2.- Nuestra capacidad de brillar
“Puedes alzar la mano y tocar el cielo.”

A los ojos de Dios todos somos perfectos y tenemos una capacidad ilimitada de expresarnos brillantemente.

Capacidad ilimitada y no potencial ilimitado, porque este último concepto puede ser peligroso si lo utilizamos par esclavizarnos a nosotros mismos, para vivir en el futuro y no en el presente y para sumirnos en la desesperación comparándonos continuamente con lo que creemos que podríamos ser. Se trata de un concepto que puede hundirnos en la impotencia personal. Si nos centramos en el potencial humano seguiremos siendo impotentes. Centrémonos en la capacidad humana, que se expresa en el presente. Es inmediata. La clave no está en lo que tenemos dentro, sino en lo que estamos dispuestos a reconocer de lo que tenemos dentro. No tiene sentido esperar a ser perfectos en todo lo que hacemos, o maestros iluminados, o doctores en filosofía de la vida antes de abrirnos a lo que somos capaces de hacer ahora.

La diferencia entre las personas que viven su potencial y las que no lo hacen no es la cantidad de potencial que poseen, sino la cantidad de permiso que se dan a sí mismas para vivir en el presente.

Nos falta un contexto en nuestras vidas en el que nos demos permiso para brillar, para florecer plenamente, para mostrarnos poderosamente en el presente sin temor de no valer lo suficiente. Esperar un futuro próspero es una forma de asegurarse que jamás llegue. Nos regocijamos en el presente.

Nuestro problema es que queremos ir directamente del punto A a los puntos X, Y y Z, y somos incapaces de movernos del punto A al B, de ir paso a paso. Es mucho más fácil soñar con el punto Z que moverse realmente del punto A al B.

Con frecuencia tenemos miedo a hacer algo a menos que sepamos que podemos hacerlo perfectamente bien. No podemos soportar hacer nada en lo que no seamos fabulosos. No hay que ser un virtuoso en todo para ser un virtuoso en la vida.

Sentimos tanta energía reprimida, tanto talento inmovilizado... En nuestro corazón sabemos que nacimos para hacer grandes cosas y tenemos un miedo profundo a desperdiciar nuestra vida. Pero la única persona a quien podemos liberar es a nosotros mismos.

El ego quisiera que naciéramos con un gran potencial y muriéramos con un gran potencial. En medio hay un sufrimiento cada vez mayor. Un milagro nos deja en libertad para vivir plenamente en el presente, para liberar nuestro poder y reclamar nuestra gloria. El hijo de Dios se eleva al Cielo cuando libera el pasado y el futuro, y se autolibera para ser quien es hoy.


Marianne Williamson

dimarts, 15 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. LA DECISIÓN DE SER FELIZ


IX.- EL CIELO
“El cielo está aquí. No existe ningún otro lugar.”
“El cielo es ahora. No existe ningún otro tiempo.”


1.-La decisión de ser feliz

“El cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir.”


La voluntad de Dios es que seamos felices ahora. Al pedir que se haga Su voluntad, damos instrucciones a la mente para que se concentre en la belleza de la vida, en cada una de las razones que tenemos para celebrar en vez de estar de duelo.

La felicidad no depende de las circunstancias. La clave de la felicidad es la decisión de ser feliz.

En los últimos años se ha hablado mucho de “reconocer nuestros sentimientos”. Es un concepto importante pero puede ser utilizado por el ego para sus propios fines. La mayoría de las veces, cuando oímos decir “reconoce tus sentimientos”, se refieren a los negativos: “Sé consciente de tu dolor, de tu rabia, de tu vergüenza”. Pero necesitamos tanto para reconocer nuestros sentimientos positivos como para reconocer los negativos.
Necesitamos apoyo y permiso para sentir nuestro amor, nuestra satisfacción y nuestra felicidad.
El ego libra una secreta batalla contra la felicidad. El yo negativo no es nuestro yo verdadero; necesitamos estar en contacto con nuestros sentimientos negativos, pero sólo para liberarnos de ellos y sentir el amor que se oculta debajo.

No es tan difícil tener sentimientos y pensamientos positivos. El problema es que nos resistimos a ellos porque nos hacen sentir culpables.

¿Quién soy yo para tenerlo todo? Seré una amenaza no le gustaré a nadie... Estos son los argumentos que el ego nos mete en la cabeza. Una creencia oculta que muchos compartimos es que está mal ser demasiado feliz.
El dogma religioso del ego no nos ha ayudado. Se ha glorificado el sufrimiento. La gente se ha concentrado más en la crucifixión que en la resurección. Pero la crucifixión sin la resurección es un símbolo que no tiene significado. La crucifixión es la pauta de energía del miedo, la manifestación de un corazón cerrado. La resurrección es la inversión de esa pauta, que se da cuando dejamos de pensar en el miedo para concentrarnos en el amor. Examina la crucifixión pero no te detengas en ella. "Bienaventurados los que tienen fe en lo que no pueden ver", dice Jesús. Es fácil tener fe cuando las cosas van bien, pero en la vida hay momentos en que tenemos que volar a ciegas. La resurección es una vehemente llamada a seguir avanzando. Representa la decisión de ver la luz en medio de la oscuridad. "La resurección es el símbolo del júbilo." "No hay luz más brillante que la que resplandece dentro de nosotros. No importa si la vemos o no, está ahí porque ahí la puso Dios. " "Ser felices no es sólo nuestro derecho sino, en cierto modo, también nuestra responsabilidad. Dios no nos da la felicidad para nosotros solos. Nos la da para que podamos afirmarnos más en el mundo en Su nombre."
El dogma religioso del ego no nos ha ayudado. Se ha glorificado el sufrimiento. La gente se ha concentrado más en la cucifixión que en la resurrección. Pero la crucifixión sin la resurrección es un símbolo que no tiene significado. La crucifixión es la pauta de energía del miedo, la manifestación de un corazón cerrado. La resurrección es la inversión de esta pauta , que se da cuando dejamos de pensar en el miedo para centrarnos en el amor.

Examina la crucifixión dice Ucdm pero no te detengas en ella.”Bienaventurados los que tienen fe en lo que no pueden ver”, dice Jesús. Es fácil tener fe cuando las cosas van bien, pero en la vida hay momentos en que tenemos que volar a ciegas. Sabemos que la vida es un proceso, y que siempre avanza hacia un mayor bien. En esos momentos confiamos en que nuestro radar espiritual navegue por nosotros. Por nuestra fe, mediante nuestra confianza, invocamos su señal.

La resurrección es una vehemente llamada a seguir avanzando. Representa la decisión de ver la luz en medio de la oscuridad. “Durante e tiempo de la oscuridad, actúa como si ya hubiera llegado la mañana”.

Si aceptamos la voluntad de Dios como algo ya cumplido, experimentaremos inmediatamente la sanación de nuestras heridas. El universo fue creado para apoyarnos en todos los aspectos. Dios está constantemente expresando Su infinito cuidado por nosotros. El único problema es que nosotros no estamos de acuerdo con Él. No nos amamos como Él nos ama, y por eso impedimos que se produzcan los milagros a los que tenemos derecho.

El mundo nos ha enseñado a creer que somos inferiores, que no somos perfectos, que es una actitud arrogante pensar que merecemos una felicidad completa.

No hay luz más brillante que la que resplandece dentro de nosotros. No importa si la vemos o no. Está ahí porque la puso Dios.

Ser felices no es sólo nuestro derecho sino, en cierto sentido , también nuestra responsabilidad. Dios no nos da la felicidad para nosotros solos. Nos la da para que podamos afirmarnos más en el mundo en Su nombre.

La felicidad es un signo de que hemos aceptado la voluntad de Dios.

El Cielo sólo espera nuestra aceptación. No es algo que vayamos a experimentar más tarde. “Más tarde” no es más que una idea. “Alegraos -decía Jesús-, porque he vencido al mundo”. Se daba cuenta, como también podemos hacerlo nosotros de que el mundo no tiene poder ante el poder de Dios. No es real. No es más que una ilusión. Dios ha creado el amor como única realidad, el único poder. Y así es.
Marianne Williamson

dilluns, 14 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. LA MUERTE Y LA REENCARNACIÓN

8.- La muerte y la reencarnación
“No hay muerte el Hijo de Dios es libre.”

UCDM dice que el nacimiento no es un comienzo sino una continuación, y que la muerte no es un final sino también una continuación. La vida continua eternamente. Siempre fue y siempre será. La encarnación física no es más que una de las formas que puede tomar la vida.

UCDM menciona los Grandes Rayos, son líneas de energía que emanan desde dentro de cada uno de nosotros, en niveles sutiles que nuestros sentidos físicos no pueden percibir, ya que nuestros sentidos físicos reflejan nuestro actual sistema de creencias; a medida que éste se expanda lo mismo sucederá con nuestros sentidos físicos. Llegará un momento en que percibamos los Grandes Rayos.

Estas líneas de luz y energía son nuestra fuerza vital. El cuerpo no es más que un revestimiento temporal. Como todavía no nos damos cuenta de ello, pensamos que la muerte del cuerpo es la muerte de la persona. No lo es. El espíritu no muere cuando muere el cuerpo. La muerte física es como quitarse un traje.

Para el ego la realidad no es más que lo que percibimos con nuestros ojos. Pero o podemos ver a simple vista muchas cosas que sabemos que existen. Los científicos empiezan a reconocer una unidad que está más allá de toda realidad que podamos percibir. Esa unidad es Dios, y dentro de ella está nuestro ser.

Sólo la arrogancia del ego pretende hacernos creer que lo que no podemos percibir físicamente no existe.

Una vez que nuestros sentidos físicos registran los Grandes Rayos, el cuerpo nos parece una mera sombra en comparación con nuestro ser verdadero.

Aceptar que hemos de sanar lo que pensamos acerca del cuerpo, de la muerte...de lo que significan es la piedra angular de la transformación que representa dejar de estar orientados hacia el cuerpo para orientarnos hacia el espíritu.

La verdad tal como Dios la creó es que la muerte no existe, y en lo profundo de nuestro corazón sabemos que es cierto.

A cerca de la reencarnación UCDM dice: Técnicamente, la reencarnación no existe porque el tiempo lineal tampoco existe. Las vidas pasadas y futuras suceden todas simultáneamente. UCDM no incluye ninguna doctrina. Un estudiante del Curso puede creer o no en la reencarnación. “ La única cuestión que tiene sentido es si un concepto es útil o no.” Se nos dice que pidamos a nuestro Maestro Interior que oriente nuestro pensamiento respecto de cualquier idea y de cómo usarla en nuestra vida.

La vida es mucho más que la vida del cuerpo: es una infinita expansión de energía, un continuo amor en innumerables dimensiones, una experiencia psicológica y espiritual independiente de la forma física.


Marianne Williamson

diumenge, 13 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. EL SIGNIFICADO DE LA SANACIÓN


7.- El significado de la sanación
“No olvides que el único propósito de este mundo es sanar al Hijo de Dios.”

UCDM define la salud como “paz interior”. La paz es posible independientemente de las circunstancias físicas. Al consagrar nuestra enfermedad a Dios, consagramos la experiencia en su totalidad, sabiendo que cualquier cosa puede ser utilizada por el E.S para traer más amor a nuestra conciencia.

Muchas personas han hablado de su enfermedad como de “una llamada a despertar”.

Renunciar a nuestros espejismos es sanar. Dentro de cada uno de nosotros hay un núcleo: nuestra esencia, nuestro verdadero ser. Ese es el lugar de Dios dentro de nosotros. Encontrar esa esencia es nuestro retorno a Dios, el propósito de nuestra vida, e incluso las experiencias más dolorosas pueden servir a este propósito.

Delante de una determinada situación difícil, tienes dos opciones: endurecerte o ablandarte. Con frecuencia , la enfermedad y la muerte son dolorosas lecciones sobre lo que amamos. A veces se necesita el cuchillo que nos traspasa emocionalmente el corazón para atravesar los muros que se alzan ante él.

Mi tarea no es juzgar, sino ayudar, como pueda y dónde pueda, y no dudar de la sabiduría fundamental de todas las cosas. En cualquier situación, lo que pasa exteriormente no es más que la punta del iceberg. Las lecciones , los verdaderos cambios, las oportunidades de crecer... ésas son las cosas que los ojos del cuerpo no pueden ver. El crecimiento no tiene nada que ver con conseguir lo que nos parece que queremos. Crecer es llegar a ser los hombres y mujeres que potencialmente podemos ser: amorosos, puros, sinceros, claros.
Una vida sana no depende del estado físico. La vida no es más que la presencia del amor y la muerte no es más que su ausencia. La muerte física no es de ninguna manera la muerte real.

Marianne Williamson

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. VANIDAD, PESO Y EDAD

6.- Vanidad, peso y edad
“Los ojos del cuerpo sólo ven formas.”

La concepción del cuerpo como un fin y no como un medio engendra miedo: miedo de no gustar, miedo de ser perdedores... No hay manera de escapar de este doloroso torbellino si no reemplazamos la identificación con el cuerpo por la idea de que no somos cuerpos, de que somos el amor que llevamos dentro, y ese amor es lo único que determina nuestro valor.

Nuestro peso corporal no tiene nada que ver con nuestro cuerpo sino con nuestra mente.

Si alcanzáramos un estado en el que sólo el amor y el cariño nos ocuparan la mente, y ni el pasado ni el futuro nos pesaran como una carga sobre los hombros , envejecer se convertiría en un proceso de rejuvenecimiento. Espiritualmente deberíamos rejuvenecer a medida que nos volvemos viejos, ya que el único propósito del tiempo es que aprendamos a renunciar de una manera más coherente a nuestro apego a la forma. Entonces el cuerpo se zambulle en la perfección de la vida, y se convierte en un instrumento sano y un objeto de alegría.

Sin embargo, como cualquier otra cosa, nuestra edad sólo cambiará después de que la hayamos aceptado tal como es.

Cambiemos de mentalidad. Recordemos que cuanto más vivimos más sabemos, y cuanto más sabemos más hermosos somos.

No importa cuál sea la enfermedad, la adicción o la deformación física, su causa está en la mente y sólo en ella se la puede sanar. El mayor poder que nos es concedido, dice el Curso, es el de cambiar de mentalidad. Nuestro estado físico no determina nuestro estado emocional. La experiencia de la paz proviene únicamente de la mente.

Marianne Williamson

dissabte, 12 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. EL CUERPO EN LAS RELACIONES PERSONALES


5.- El cuerpo en las relaciones personales
“El cuerpo no te separa de tu hermano y si piensas que es así estás loco.”

Nuestra verdadera identidad no reside en nuestro cuerpo sino en nuestro espíritu. El cuerpo es una muralla ilusoria que parece separarnos, el principal artilugio del ego en su intento de convencernos de que estamos separados los unos de los otros y todos de Dios.

“Las mentes están unidas, pero los cuerpos no”, dice el curso. El cuerpo por sí mismo no es nada. “ Si escoges ver el cuerpo, contemplas un mundo de separación.”

“Siempre que te equiparas con el cuerpo experimentas depresión”, dice UCDM. Identificar a otra persona con un cuerpo producirá la misma angustia. Los contactos sexuales sin amor son una de las formas en que podemos usar el cuerpo para fabricarnos depresiones. El E.S usa la sexualidad para sanarnos; el ego la usa para herirnos. Sólo cuando la sexualidad es un vehículo de comunicación espiritual es auténtico amor y nos une a otra persona. Entonces se convierte en un acto sagrado.

Santidad significa la presencia de un propósito de amor, y en este sentido, el cuerpo y sus adornos pueden ser una expresión sagrada.

Ese es el único propósito del maquillaje, de la ropa y de cualquier otra cosa en el mundo de la forma. No sirven para seducir a otra persona, sino para añadir luz al mundo en forma de belleza y placer. El significado de las cosas depende de la medida en que las usemos para aportar felicidad al mundo... si lo percibimos como amor pueden elevar las vibraciones e incrementar la energía en el mundo que nos rodea.
Como no somos cuerpos no podemos existir en el aislamiento, y vivir como si pudiéramos no nos conduce más que al sufrimiento.

Marianne Williamson

dijous, 10 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. SALVAR LA MENTE, SALVAR EL CUERPO

4.- Salvar la mente, salvar el cuerpo
“Lo único que cura es la salvación.”

La experiencia de la enfermedad es una llamada hacia una vida auténticamente religiosa.

Uno de los problemas de la enfermedad es que nos tienta fuertemente a obsesionarnos con el cuerpo en el momento mismo en que más necesitamos concentrarnos en el espíritu. Para invertir esta tendencia se necesita disciplina espiritual. La práctica espiritual es un ejercicio mental y emocional. Entrenar la mente para que piense desde una perspectiva de amor y fe es el mejor regalo que podemos hacer a nuestro sistema inmunitario, y uno de los mayores desafíos mentales que nos podemos plantear.

Cambiar la vida puede resultar difícil. Para una persona a quien han diagnosticado una enfermedad, cambiar es un imperativo.

Una idea espiritual e integral de la sanación incluye el tratamiento no sólo del cuerpo, sino también de la mente y el espíritu.

El amor cambia nuestra manera de pensar en la enfermedad. La enfermedad proviene de la separación, y la sanación proviene de la unión. Lo que menos necesita hacer un enfermo es odiar algo relacionado consigo mismo. La sanación es el resultado de una percepción transformada de nuestra relación con la enfermedad en la cual respondemos al problema con amor y no con miedo.

El cáncer, el sida y otras dolencias graves son manifestaciones físicas de un clamor psíquico, cuyo mensaje no es “odiadme”, sino “amadme”.

Las enfermedades graves no se “curan” atacándolas. La sanación proviene de entablar una conversación con nuestra enfermedad, intentando entender qué trata de decirnos.

La enfermedad es amor convertido en miedo; nuestra propia energía vuelta sobre nosotros mismos. La energía es indestructible. Nuestra misión no es matar la enfermedad, sino encauzar su energía en la dirección de donde vino: volver a convertir el miedo en amor.

La visualización se ha convertido en una técnica popular para el tratamiento de enfermedades graves. La gente suele visualizar un comecocos o un soldado con una metralleta que se dedica a destruir las células malignas o el virus. Pero podemos encararlo desde el lado del amor.

He aquí algunas visualizaciones comprensivas : Visualiza las células cancerosas o el virus del sida en todo su horror, y después observa cómo una luz dorada, o un ángel, o Jesús los envuelve y transforma en luz pura.
También podemos escribir una carta al sida, al cáncer o a cualquier enfermedad que se tenga y le decimos todo lo que sentimos. La carta puede empezar así:

Querido cáncer:

Esto es lo que sinceramente siento:
.....
.....
firmado,
Ed


Y después escribimos la respuesta del cáncer a Ed:

Querido Ed:

Esto es lo que sinceramente siento.
.....
....
firmado,
Cáncer


Ver la enfermedad como nuestro propio amor que necesita ser reivindicado es una visión de la sanación más positiva que verla como algo abominable de lo que debemos liberarnos. La energía no se puede destruir pero sí se la puede transformar milagrosamente. Este milagro emerge de nuestros propios pensamientos, de nuestra decisión de desligarnos de la creencia en el miedo y en el peligro. Y de abrazar en cambio una visión del mundo que se basa en la esperanza y el amor. “La expiación es tan dulce, que basta que la llamen con un leve susurro para que todo su poder acuda con el fin de ayudarte y apoyarte.”

Marianne Williamson


dimecres, 9 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. EL PENSAMIENTO SANO


3.- El pensamiento sano
“Sanar, por consiguiente, es una manera de aproximarse al conocimiento pensando de acuerdo con las leyes de Dios.”

Hay una fuerza de sanación dentro de cada uno de nosotros. Esta fuerza es la que dirige el sistema inmunitario.

Jesús sanaba mediante la corrección de la percepción. Dentro del enfermo está el Hijo de Dios, perfecto, inalterable, inmutable. El espíritu está eternamente sano. El espíritu no puede enfermar y no puede morir.

Jesús veía como ve Dios. Aceptaba la Expiación para sí mismo. No creía en la enfermedad. Como todas las mentes están conectadas, en Su presencia el enfermo deja de creer en su enfermedad y por eso sana.

Jesús dice:“Tu mente y la mía pueden unirse para desvanecer con su luz a tu ego.” Pedir al E.S que nos sane cuando estamos enfermos significa pedirle que sane los pensamientos que desde nuestro interior dan origen a la enfermedad. “¿Dónde se desvió mi pensamiento de la verdad? ¿Dónde se equivocó mi percepción? Retorno con la mente al momento de mi error y lo entrego a la Expiación. E.S te pido que sanes mi percepción y me liberes de los efectos de mi pensamiento erróneo. Amén.

El E.S encuentra maneras de expresar Su poder mediante procedimientos que podemos aceptar, y la medicina es uno de ellos.

“Cada problema trae su propia solución”. La crisis trae su solución porque nos pone de rodillas, nos vuelve más humildes para pedir a Dios.
Tan pronto como seamos bastantes los que estemos de rodillas, tan pronto como el amor llegue a un número crítico de individuos o, como dice el Curso, tan pronto como suficientes personas estén dispuestas a aceptar el milagro, habrá un súbito avance de la conciencia: un éxtasis, una sanación instantánea.

Marianne Williamson

dimarts, 8 d’abril del 2008

VOVER AL AMOR. EL CUERPO. LA SALUD Y LA SANACIÓN


2.- La salud y la sanación
“El cuerpo no es la fuente de su propia salud.”

Dios es todo lo bueno. Sólo crea amor, por consiguiente, la enfermedad no es creación suya, es una ilusión, y en realidad no existe. Forma parte de nuestro sueño mundano, de la pesadilla que nosotros mismos nos creamos. Lo que le pedimos a Dios es que nos despierte de ese sueño.

Cuando alguno de nosotros despierta, el mundo entero se aproxima más al Cielo. Al pedir la sanación, no rogamos solamente por nuestra propia salud, sino también para que la idea de enfermedad desaparezca de la mente del Hijo de Dios. “Si la mente puede sanar el cuerpo, pero el cuerpo no puede sanar la mente, entonces la mente debe ser más fuerte que el cuerpo”. El perdón es la medicina preventiva fundamental y también sanadora. Sanamos el cuerpo al recordar que en realidad no somos el cuerpo. Somos espíritus y no cuerpos, estamos eternamente sanos y somos incapaces de enfermar.

La enfermedad es un signo de nuestro alejamiento de Dios y sanar es un signo de que hemos retornado a Él. Volver a Dios es volver al amor.

¿Cuál es el “factor psicoinmunitario” que la ciencia sabe que existe, pero que no sabe identificar? Es el amor, o Dios.

Dios no tiene ningún valor práctico si lo concebimos como algo aislado, divorciado del poder de expresarse en lo físico. Cuando se expresa Su amor, canalizado por los seres humanos puede penetrar a través del velo de la oscuridad humana.

El trabajo de un obrador de milagros no es atacar la enfermedad, sino estimular las fuerzas de sanación naturales. Dejemos de centrarnos en la enfermedad para mirar el amor que hay detrás. Ninguna dolencia puede disminuir nuestra capacidad de amar.

En ningún caso la recuperación es el tratamiento. Lo que activa su poder de sanación es la interacción mental y emocional el paciente con su tratamiento.
Debemos evitar la tentación de ver la enfermedad como un bloqueo de nuestra capacidad de encontrar a Dios, y usarla en cambio como un trampolín desde el cual saltar para arrojarnos a Sus brazos.


Marianne Williamson. Volver al amor

dilluns, 7 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CUERPO. EL PROPOSITO DEL CUERPO

1.- El propósito del cuerpo
“Deja que el propósito del cuerpo sea sanar.”

En el mundo de los cuerpos todos estamos separados. En el mundo del espíritu todos, somos uno. Subsanamos la separación llevando nuestra conciencia de la “identificación con el cuerpo” a la “identificación con el espíritu”. Esto sana tanto el cuerpo como la mente.

Creemos que estamos separados porque tenemos un cuerpo, cuando en realidad tenemos un cuerpo porque creemos que estamos separados.

El ego se vale del cuerpo para mantener la idea de separación, para atacar, para obtener placer y para vanagloriarse. El uso que hace el E.S del cuerpo es sanar esa ilusión. En este sentido el cuerpo se convierte ciertamente en el templo de Dios; Su voz mora en su interior dirigiendo el uso que de él se hace.

La santidad del cuerpo reside en su potencial para la comunicación. Cuando se entrega al E.S, el cuerpo se convierte en “ una bella lección en comunión que tiene el valor hasta que la comunión se consuma”. El E.S nos pide que Le entreguemos nuestras manos, nuestros pies, nuestra voz, con el fin de que Él pueda usarlos como instrumentos para salvar el mundo.” Ver el cuerpo como un medio por el cual el mundo se transforma, y no como un fin en sí mismo, es verlo de una manera saludable.

Vivir comprendiendo que somos mucho más que cuerpos, que somos espíritus dentro de la mente de Dios, expande el nivel de nuestra consciencia y nos sitúa fuera de las limiaciones de las leyes físicas ordinarias. Esta corrección de nuestra percepción, esta Expiación , es nuestra sanación. No es el cuerpo el que enferma sino la mente. No es sino la mente la que necesita sanación, y la única sanación es volver al amor.

La enfermedad es la materialización de un pensamiento sin amor. El desamor que produce enfermedad forma parte de un sistema, está entretejido con la conciencia racial. En que alma se manifiesta la enfermedad depende de muchos factores.
Nuestros pensamientos de amor influyen en la gente en general y en situaciones que ni siquiera nos podemos imaginar, igual que nuestros errores. No hay un lugar donde una mente se acabe y empiece otra, entonces nuestro amor influye en todo el mundo y nuestro miedo también.

Tenemos una conciencia saludable de nuestro cuerpo cuando se lo entregamos al E.S y le pedimos que lo use como un instrumento mediante el cual se exprese el amor en el mundo.
UCDM afirma que “el cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. No es nada más que un marco para las posibilidades de desarrollo, lo cual no tiene nada que ver con el uso que se hace de ellas.” UCDM dice que “la salud es el resultado de renunciar a todo intento de usar el cuerpo sin amor”.


Marianne Williamson

diumenge, 6 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. DE LAS VENTAS AL SERVICIO.

9.- De las ventas al servicio
“El amor siempre producirá expansión.”

Cuando estamos motivados por el deseo de vender no nos ocupamos más que de nosotros mismos. Cuando estamos motivados por el deseo de servir, también nos ocupamos de los demás. Los milagros nos llevan de una mentalidad de ventas a una mentalidad de servicio. Como en el ámbito de la conciencia sólo conseguimos conservar lo que damos, una mentalidad de servicio es una actitud que implica mucha más abundancia.

El sistema de pensamiento que domina nuestra cultura se fundamenta en valores egoístas, y renunciar a ellos es mucho más fácil de decir que de hacer.

Llega un momento, no muy lejano en el viaje hacia Dios, en que la idea de que el mundo podría funcionar estupendamente si le diéramos la oportunidad de hacerlo empieza a fascinarnos y se convierte en nuestra motivación. La noticia ya no es lo mal que andan las cosas, sino lo bien que podrían funcionar. Y nuestra propia actividad podría formar parte de la influencia del Cielo sobre la tierra. No hay motivación más poderosa que sentir que se nos hace partícipes de la creación de un mundo donde el amor haya sanado todas las heridas.

Ya no ambicionamos nada para nosotros mismos. Lo que nos inspira es la visión de un mundo sanado, y esta inspiración da una disposición nueva a nuestras energías. De nuestro interior manan un poder y un sentido nuevos. Nos sentimos como si los ángeles nos empujaran por detrás y nos fueran despejando el camino según avanzamos.

Una persona que actúa motivada por la voluntad de colaboración y servicio logra un nivel tan elevado de autoridad moral, que el éxito mundano es el resultado natural.

Pon todos tus dones al servicio del mundo. Decir “haré esto porque es un servicio, aunque no me paguen por ello”, es un rayo de luz de gran potencia. Comunica al universo que eres una persona muy formal. Y cuando eres formal con el universo, el universo también lo es contigo.
Nuestro poder reside en la claridad con la que veamos el papel que puede desempeñar nuestro trabajo en la creación de un mundo más hermoso. El milagro es pensar que nuestra carrera es nuestra contribución, por más pequeña que sea, a la sanación del universo.

Nuestra generosidad hacia los demás es la clave para que obtengamos una experiencia positiva del mundo. Hay lugar suficiente para que todos seamos hermosos. Hay lugar suficiente para que todos seamos triunfadores. Hay lugar suficiente para que todos seamos ricos. Lo único que bloquea la posibilidad de que esto suceda es nuestro pensamiento.

La gente que ha logrado más que tú, en el campo que sea, sólo se te ha adelantado medio paso en el tiempo. Bendícelos y ensalza sus dones, y bendice y ensalza también los tuyos. No sólo hay lugar de sobra para todos, sino que en realidad, todos somos necesarios.



A medida que vamos sanando, también va sanando el mundo. Hacer cualquier cosa con otra finalidad que el amor significa revivir nuestra separación de Dios, perpetuándola y manteniéndola. Cada persona es una célula en el cuerpo de la conciencia humana. Actualmente es como si el cuerpo de Cristo tuviera un cáncer. El cáncer lo producen las células que deciden dejar de funcionar en colaboración con la totalidad. Éstas células se ponen a construir su propio reino. Eso es un crecimiento maligno, que amenaza con destruir el organismo.

Hemos perdido de vista nuestra interrelación esencial, y este olvido amenaza con destruirnos. La mentalidad “mi” es el ego. Es la creencia en la separación. Es la enfermedad cósmica. Tomar lo que tenemos y consagrarlo a la restauración de la totalidad es nuestra salvación y la del mundo. Nuestra devoción se convierte entonces en nuestro trabajo, y nuestro trabajo se convierte en nuestra devoción.


Marianne Williamson. Volver al amor

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. EL PLAN DE DIOS


8.- El plan de Dios
“Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.”

A menudo tenemos prisa por llegar a la cumbre, sin darnos cuenta de que, al difundir el amor, vamos ascendiendo con naturalidad; aunque, quizás, no con más rapidez.

Decir “Que se haga la voluntad de Dios” es lo mismo que decir “Que me convierta en lo mejor que soy capaz de ser”. A medida que crecemos como personas vamos adquiriendo una energía más responsable. Nuestro progreso será fácil. El éxito será un logro sin esfuerzo. Las cosas sucederán sin más.

La vía de la entrega es como dejar que Dios sea el escultor y nosotros la arcilla. Para trabajar la arcilla se debe rociar con agua todos los días porque si no se seca no se puede moldear. Así es como debemos ser para Dios: maleables como arcilla húmeda. Si nos apegamos rápidamente a algún objetivo, incluso el de que las cosas salgan tal como pensamos que tienen que salir, no estamos relajados, y entonces tenemos muy poco espacio para las intuiciones espontáneas.

En realidad nunca sabemos por qué vamos a alguna parte. En el mundo de Dios no hay más que un trabajo en marcha, y es el de la preparación de Sus maestros, de los que hacen la demostración del amor. El E.S, dice UCDM, se vale de cualquier situación que se le entrega a Él como una lección de amor para todos los que participan en ella. Pero tenemos que estar dispuestos a renunciar a nuestro apego a un resultado determinado en cualquier situación. No siempre sabemos por qué el E. S nos dirige como lo hace. La función del obrador de milagros es simplemente seguir instrucciones con el deseo de servir a Dios. Nuestra compensación, material y emocionalmente, llegará en el momento y de la manera que Dios quiera.

Dios es el orden esencial. Es el principio de expansión constante del amor en acción, en todas las dimensiones, durante toda la vida. Confiar en Dios es como confiar en la gravedad.

Recuerda estos dos puntos porque son muy importantes:

1.- El plan de Dios funciona.
2.- Los tuyos no.

UCDM dice: “ No tengo que añadir nada a Su plan. Más para aceptarlo, tengo que estar dispuesto a no sustituirlo por el mío. Y eso es todo. Añade algo más, y estarás simplemente desvirtuando lo poco que se te pide”. No es cosa de imaginar cómo hemos de cumplir los propósitos de Dios sobre la tierra. Eso no es ayuda sino interferencia. El trabajo que debemos hacer no es otro que poner nuestro corazón y nuestro espíritu de parte de Su espíritu, que está dentro de nosotros; que nuestra vida se convierta así en un instrumento involuntario de Su voluntad. Las intuiciones se producen, las situaciones cambian. Nuestros esfuerzos por controlar conscientemente el despliegue de lo bueno no producen nada bueno, sino más bien ponen de manifiesto la terquedad humana.
El E.S acude allí donde Lo invitan. Limítate a preguntarle a Dios qué quiere que digas, qué quiere que hagas. Hazte a un lado y deja que Él te guíe.

Una plegaria silenciosa antes de iniciar una tarea ayuda a armonizar tus energías con la verdad. Prueba a decir esta oración: “Dios amado, te entrego esta situación. Que sea usada para tus propósitos. Sólo te pido que mi corazón esté abierto para dar y recibir amor. Que todos los resultados se produzcan de acuerdo con Tu voluntad. Amén”. Hagas lo que hagas, hazlo por Dios.

Somos lo bastante fuertes como para hacer cualquier trabajo que Él nos pida que hagamos. No te preocupes por tu propia buena disposición, dice el curso, pero ten continuamente conciencia de la Suya. No eres tú quien hace el trabajo, sino el espíritu que está dentro de ti. Olvidar esto provoca miedo. UCDM dice que la presencia del miedo indica que sólo confiamos en nuestras propias fuerzas. Ninguno de nosotros por sí solo tiene la capacidad de hacer milagros; sin embargo,

“ con el poder que tenemos dentro, pero que no es nuestro, no hay nada que no podamos hacer”.


Marianne Williamson

divendres, 4 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. LOS OBJETIVOS

7.- Los objetivos
“Dios es mi único objetivo hoy.”

Marcarse objetivos es algo muy popular en estos tiempos. Concentrar la mente en los resultados que deseamos no es más que otra manera de tratar de conseguir que el mundo haga lo que nosotros queremos que haga. No es una entrega espiritual.

Cuando nos concentramos mentalmente en los resultados que deseamos, y entregamos a Dios nuestra lista de aspiraciones, diciéndole qué queremos que haga por nosotros, eso es magia. Los milagros ocurren cuando preguntamos a Dios qué podemos hacer por Él.

Los milagros nos llevan de la mentalidad del “conseguir” a la del “dar”. El deseo de conseguir algo refleja una creencia central: todavía no tenemos bastante. Mientras sigamos creyendo que hay escasez dentro de nosotros, seguiremos creando escasez a nuestro alrededor, porque esa es nuestra idea básica. No importa lo que consigamos. Nunca será suficiente.

Cuando nuestro deseo es dar en lugar de conseguir, nuestra creencia central es que tenemos tanta abundancia que podemos permitirnos derrochar. La mente subconsciente se guía por nuestras creencias centrales y fabrica situaciones que las reflejan. Nuestra disposición a dar, indica al universo que nos dé.

En todas las circunstancias, el objetivo es la paz de la mente. UCDM nos dice que “no sabemos lo que nos haría felices, aunque pensemos que sí”. Tener conciencia de la mentalidad milagrosa es hacer de la felicidad misma nuestro objetivo y renunciar a la idea de que conocemos la manera de ser felices. Si consiguiéramos lo que deseamos ahora, tal vez más adelante nos encontraríamos en peores circunstancias precisamente por culpa de eso.

Si nuestro único objetivo es la paz, conseguiremos orientar la mente para que se concentre en todos los factores que pueden incidir en nuestra paz, y dejar todo lo demás fuera de nuestra consideración consciente.

Marcarnos como objetivo cualquier cosa que no sea la paz interior es emocionalmente autodestructivo.

UCDM dice que es importante establecer un objetivo al comienzo de una situación, para que ésta no evolucione de forma caótica. Si nuestro objetivo es la paz interior pase lo que pase estaremos programados para la estabilidad emocional. La mente estará orientada a ver la situación desde un punto de vista más sosegado. Si no conseguimos el trabajo que queríamos, eso no será tan importante. Comprenderemos que pronto nos sucederá algo mejor, que ése no era en realidad el trabajo perfecto para nosotros. Tendremos fe en Dios. El milagro es que realmente “sintamos” nuestra fe. Las emociones surgen de los pensamientos y no al revés.

Otro problema con el establecimiento de objetivos específicos es que pueden ser limitativos. Quizás estemos pidiendo algo bueno, cuando la voluntad de Dios era que recibiéramos algo grande. Una vez que comprendemos que la voluntad de Dios es que seamos felices, ya no sentimos la necesidad de pedirle nada más que “ hágase Tu voluntad.”
A menudo tenemos miedo de dejar las cosas en Sus manos, no sabemos qué hará con ellas. Nos falta confianza. Si hemos de marcarnos un objetivo que sea el de vernos sanados de la creencia de que Dios es miedo y no amor.
Marianne Williamson

dijous, 3 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. NUEVOS CORAZONES, NUEVOS TRABAJOS


6.- Nuevos corazones, nuevos trabajos

“Criatura de Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo. No te olvides de eso.”

El ego dice: tu valía se basa en tus credenciales. Necesitas un título para conseguir un buen trabajo. En última instancia no son nuestras credenciales sino nuestro compromiso con un propósito superior lo que nos hace eficientes en el mundo. Los títulos sólo son importantes si creemos que lo son.
El deseo de servir a Dios crea los medios que nos permiten hacerlo. Nuestro poder no reside en los títulos, o los contactos que tenemos, en lo que hemos hecho, ni siquiera en lo que estamos haciendo. Nuestro poder reside en ver con claridad la razón por la que estamos aquí. Estamos aquí para contribuir a la sanación del mundo. En comparación con esto todo lo demás es trivial. Dios puede utilizar cualquier currículum, por corto que sea y convertirlo en una poderosa obra en Su nombre.

Marianne Williamson

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. EL MINISTERIO

5.- El ministerio
“Y esa sola Voz te asigna tu función, te la comunica, y te proporciona las fuerzas necesarias para poder entender lo que es, para poder llevar a cabo lo que requiere, así como para poder triunfar en todo lo que hagas que tenga que ver con ella.”

No hay manera más potente de agradecer a Dios los dones que te da, o de incrementarlos, que compartiéndolos.

Piensa que tu trabajo es tu ministerio. Haz de él una expresión de amor puesta al servicio de la humanidad. Dentro de la ilusión mundana, todos tenemos diferentes trabajos, pero en el mundo real que está más allá de todo esto, todos tenemos el mismo trabajo, atender a los corazones humanos. Todos estamos aquí como ministros de Dios.

Saber que actuamos en nombre de un propósito superior a nuestro propio engrandecimiento nos proporciona la alegría que todos buscamos.

La cuestión es si trabajamos por dinero o por amor. Contrariamente a los argumentos del ego, el amor es efectivamente un buen negocio.
Cualquier trabajo puede convertirse en un ministerio siempre que esté consagrado al amor. Sean cuales fueren tus talentos o capacidades, Él puede usarlos. Simplemente seguimos instrucciones. Permitimos que el espíritu de Dios se mueva a través de nosotros, usando nuestros dones y recursos de la manera que le parezca adecuada para hacer Su trabajo en el mundo. Esta es la clave de una carrera al éxito.

Nuestra vida ha de ser un relato que misteriosamente se escribe solo, y nuestro trabajo es el fruto creativo de nuestra vida.

“Dios, sírvete de mi, por favor” es la afirmación más poderosa que podemos hacer para que nuestra carrera profesional esté llena de abundancia. Todo el mundo quiere tener un trabajo maravilloso. Acepta que ya te ha sido dado. El hecho de que estés vivo significa que te ha sido asignada una función: Abrir tu corazón a todos y a todo. De esa manera eres un canal de Dios. No te preocupes por lo que has de decir o hacer. Él te lo hará saber.

Cuando nuestra energía se aplica en el sentido de la cocreación con Dios y nos disponemos a brindar amor allí donde antes no lo había, de nuestras profundidades emerge una energía nueva.

El mundo nunca te da permiso para brillar. Sólo el amor lo hace. Podemos tomarnos en serio nuestra vida aunque nadie más lo haga. En todo momento influímos en el mundo en que vivimos, por medio de nuestra presencia, de nuestra energía, de nuestra interacción con los demás.

Para tomar decisiones le pedimos al E.S que decida por nosotros. Siempre hay demasiados factores en la vida que desconocemos. Le pedimos cómo podemos ser más útiles para llevar a cabo Su plan. Lo que nos convierte en estrellas es nuestra humildad, nuestro deseo de servir, no nuestra arrogancia.

En la modestia dejamos florecer las cosas. No nos avergüenza admitir que todavía estamos en el proceso de aprendizaje.

Nuestro trabajo es crecer como personas, alcanzar la gracia, la integridad y la humildad.
Nuestro ministerio se transforma en una línea creativa directa desde Dios a toda la humanidad a través de nosotros.

Marianne Williamson

dimecres, 2 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL TRABAJO. EL DINERO


4.- El dinero
“La dicha no cuesta nada.”

Haz lo que te guste, lo que haga que tu corazón cante. Y nunca lo hagas por dinero. No trabajes para ganar dinero; trabaja para difundir la alegría.

Dios no tiene conciencia de pobreza. El dinero no es malo; simplemente no es nada. Como todo lo demás, se le puede utilizar con fines sagrados o impíos.

Cuando no trabajamos más que por el dinero, nuestra motivación se centra en obtener y no en dar. La transformación milagrosa significa pasar de una mentalidad de ventas a una mentalidad de servicio.

Nuestro concepto de la riqueza es, en realidad, una estratagema del ego para asegurarse de que nunca llegaremos a tener nada.

La Biblia dice que es más difícil para un rico entrar en el reino de los Cielos que para un camello pasar por el ojo de una aguja. Eso se debe a que el apego al dinero hace que nos apartemos del amor. Pero el imperativo moral no es rechazar el dinero en nuestra vida. El reto consiste en espiritualizar nuestra relación con él, teniendo claro que su único fin es sanar al mundo. En una sociedad iluminada los ricos no tendrían necesariamente menos dinero, sino que los pobres tendrían mucho más. El problema no es simplemente la distribución de la riqueza, sino de la conciencia que la acompaña. El dinero no escasea ni es recurso finito.

Tenemos que recordar que nuestro dinero es el dinero de Dios; aceptemos tener todo el que Él quiera que tengamos para poder hacer lo que Él quiere que hagamos.

Una actitud responsable hacia el dinero es estar abiertos para recibir lo que venga, y confiar en que nunca nos faltará.

Al pedir milagros, pedimos al E.S que elimine los obstáculos que impiden que recibamos dinero, obstáculos que toman la forma de ideas como: el dinero es impuro, si tenemos dinero es que somos codiciosos, los ricos son malos, o yo no debería ganar más dinero del que ganan o ganaron mis padres. Tener dinero significa que podemos dar trabajo a otras personas y sanar al mundo. Lo que le sucede a una sociedad cuando el dinero deja de circular no es nada agradable.

Uno de los principios que hay que recordar en lo que se refiere al dinero es la importancia que tiene pagar por los servicios que otras personas nos prestan. Lo que demos recibiremos, y lo que no queramos dar nos será negado.

Una gran persona no es alguien que nunca se cae, sino alguien que, cuando se cae, hace lo necesario para ponerse en pie. Cuando esto ocurre de lo que se trata es de pedir un milagro. “Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es necesario una purificación”. La pureza de corazón hace que progresemos rápidamente. No importa la forma que asuma un problema ni su magnitud; un milagro puede resolverlo. En cualquier momento podemos volver a empezar. No importa cuál sea el problema, el universo siempre nos ayudará a solucionar el desastre y empezar de nuevo. El universo nos apoyará en la medida en que lo apoyemos.
La mayoría de nosotros arrastramos algún lastre con respecto al dinero. Se trata de un ámbito en el que, individual o colectivamente, necesitamos una sanación radical de nuestros hábitos mentales.

Recemos: “Dios amado, en Tus manos pongo todos mis pensamientos sobre el dinero, todas mis deudas, toda mi riqueza. Abre mi mente para que reciba abundantemente. Por mi mediación canaliza Tu abundancia de una manera que sirva al mundo. Amén.”

Marianne Williamson. Volver al amor