3.- La práctica espiritual.
“Una mente sin entrenar no puede lograr nada.”
El amor es algo más bello que el arco iris; requiere disciplina y práctica. No es solamente un sentimiento dulce. Es un compromiso radical con una manera de ser diferente, una respuesta mental a la vida que está en total desacuerdo con lo que piensa el mundo. El Cielo es optar conscientemente por desafiar la voz del ego. Cuánto más tiempo pasamos con el E.S, mayor es nuestra capacidad de concentrarnos en el amor. UCDM dice que los cinco minutos que pasamos con Él por la mañana, nos garantizan que Él estará a cargo de nuestros pensamientos en cualquiera de sus formas durante todo el día. Asumimos la responsabilidad de hacer un contacto consciente con Él.
Cuando meditamos, el cerebro emite otra clase de ondas. UCDM dice que lo fundamental son los ejercicios porque nos entrenan mentalmente, cambiando nuestros hábitos mentales. La meditación es un tiempo pasado con Dios en silencio y quietud, a la escucha. Durante el cual el E.S puede entrar en nuestra mente y realizar Su alquimia divina.
El libro de ejercicios de UCDM, proporciona un plan específico para abandonar una manera de pensar basada en el miedo y aceptar en su lugar otra basada en el amor. Nuestra actitud no influye en absoluto en su eficacia. Los efectos de la meditación al igual que los de los ejercicios son acumulativos.
La práctica espiritual constituye la base del desarrollo del poder personal. Cuando nos encontramos en el nivel supremo de nuestro ser, no es necesario que hagamos nada. Estamos en paz mientras el poder de Dios actúa a través de nosotros.
Marianne Williamson