"Nada de lo aquí escrito me pertenece.
Si hubiese alguna pertenencia,
sería el lazo de Amor con el cual se han atado
tantas bellas flores de conocimiento
que son ofrecidas a la humanidad
como un ramillete de Servicio"
Montaigne.

la flor de loto

La flor del loto es uno de los más antiguos y profundos símbolos de nuestro planeta. La flor del loto crece en el fango y se alza sobre la superficie para florecer con remarcable belleza. Por la noche la flor se cierra y se hunde bajo el agua, al amanecer se alza y vuelve a abrirse. El loto simboliza la pureza del corazón y de la mente. Representa longevidad, salud, honor y buena fortuna.

lo bueno, lo malo, lo igual o lo diferente....son tan solo proyecciones humanas...

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dilluns, 21 d’abril del 2008

VOLVER AL AMOR. EL CIELO. LAS PUERTAS DEL CIELO


6.- Las puertas del Cielo
“No pienses que el camino que te conduce a las puertas del cielo es difícil.”

Somos una generación de hijos pródigos. Nos fuimos de casa y ahora se respira emoción en el aire porque hemos vuelto. Lo hicimos todo para destruir el amor que sentíamos por nosotros y por los demás, antes de que empezara a atraernos una vida sana. Eso no constituye nuestra vergüenza sino nuestra fuerza.

Hemos visto el lado oscuro, estamos listos para seguir adelante. La luz nos atrae.

No somos malos, estamos heridos. Y nuestras heridas constituyen nuestra oportunidad para sanar.

Hoy se respira en el aire un retorno a lo sagrado, pese al dolor, pese a los conflictos.... muchas personas han asumido su mandato, consciente o inconscientemente, y han provocado un sentimiento de una excitación contenida, de una esperanza del Cielo. En todos los ámbitos hay por lo menos vagas señales de que cada vez más personas asumirán responsabilidades mayores.

Tiene que haber un perdón masivo y colectivo de todo lo que ha sucedido para que nuestra cultura tenga la oportunidad de sanar y de volver a empezar.

En relación a nuestro pasado, lo importante no es lo que sucedió, sino lo que hayamos hecho con ello. Cualquier cosa puede contribuir a que ahora, si así lo decidimos, podamos ser personas más compasivas.

Lo importante nunca es lo que hicimos ayer, sino lo que hemos aprendido de ello y lo que estamos haciendo hoy.

Una nación, igual que una persona, admite sus propios errores, los expía y pide a Dios y a los hombres una oportunidad para volver a empezar. Esto no nos haría más débiles , sino humildes y honestos, dos rasgos sin los cuales no hay grandeza. Mientras no se produzca esta Expiación, poco margen habrá para una sanación milagrosa de los conflictos.
Hay mucho que hacer mientras permitimos que la motivación de transformar al mundo proporcione energía a nuestra alma y se manifieste en nuestras convicciones. Debemos tener fe en Dios y en nosotros mismos. Él nos hará saber lo que quiere que hagamos, y nos enseñará cómo hacerlo. En todas las comunidades hay trabajo por hacer. En todas las naciones hay heridas por sanar. En todos los corazones existe el poder de hacerlo.


Marianne Williamson