12.- Sanemos nuestras heridas
“La curación es la manera de superar la separación.”
Las barreas que oponemos al amor son el resultado de nuestros esfuerzos por proteger los lugares donde tenemos herido el corazón. Alguna vez, en alguna parte tuvimos la sensación de que un corazón abierto era causa de dolor o de humillación. En un momento fugaz, tomamos la decisión de protegernos ante la posibilidad de volver a sentir jamás ese dolor. No queremos permitirnos ser tan vulnerables nunca más. Erigimos defensas emocionales. Construimos fortalezas que protejan nuestro corazón frente a cualquier ataque. El único problema es que creamos aquello de lo cual nos defendemos.
Nos enojamos con las personas que sentimos que nos han herido, pero en lugar de entrar en contacto con esa rabia y entregarla a Dios, la negamos. Debemos llevar ese enojo a la conciencia para así poder sanarlo. De no hacerlo se convierte en un ataque contra uno mismo o en un ataque inconsciente e inapropiado contra los demás.
Dice UCDM: creemos estar enojados por lo que nos ha hecho nuestro hermano, pero en realidad estamos enojados por lo que nosotros le hemos hecho a él. El Curso habla de las tenebrosas figuras que arrastramos de nuestro pasado, y nos dice que tendemos a no ver a nadie tal como es. Reprochamos a los demás cosas que otras personas nos hicieron en el pasado. El problema no es lo que nos dicen sino como nos sentimos interiormente al sentirlo.
Estas situaciones repetitivas reaparecen para que podamos darnos cuenta de que no tienen nada que ver con el presente. Pidamos un milagro: “Estoy dispuest@ a ver esto de otra manera. Estoy dispuest@ a recordar quien soy”.
La salvación llega cuando renunciamos a la idea de que no valemos lo suficiente. Cuando nos “defendemos” ante una determinada situación, seguimos creando una y otra vez, las condiciones adecuadas para que ocurra precisamente eso.
Nuestra coraza es nuestra oscuridad: la oscuridad del corazón, la oscuridad del dolor, la oscuridad del momento en que hacemos ese comentario perverso o esa demanda injusta.
Nuestras defensas reflejan nuestras heridas, que nadie excepto nosotros mismos podemos sanar.
Marianne Williamson. Volver al amor
dissabte, 22 de març del 2008
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